EL LAPIZ

"YO, EL LÁPIZ.

Genealogía e historia tal como le fue contada a 
 leonard Read"
 
por Leonard E. Read
 

 


Yo soy un lápiz de grafito, el típico lápiz de madera tan conocido por todos los chicos, 
chicas y adultos que saben leer y escribir (Mi denominación oficial es "Mongol 482", 
varios de mis componentes son ensamblados, fabricados y terminados por Eberhard Faber Pencil Company). 
Escribir es al mismo tiempo mi vocación y mi distracción, eso es todo lo que hago. 
Ustedes se preguntarán por qué debo confeccionar mi árbol genealógico. Bueno, para 
empezar mi historia es interesante. Y además, yo soy un misterio, mayor aún que el que 
puede representar un árbol, un atardecer o un relámpago. Lamentablemente, quienes me 
utilizan dan por sentado que soy un mero incidente, carente de todo pasado. Esta actitud 
me relega al nivel de algo meramente trivial. La humanidad cae así en una especie de 
penoso error, con el cual no podrá persistir mucho tiempo sin peligrar. 
Yo, el lápiz, si bien en apariencia soy algo sencillo, merezco vuestro asombro y 
admiración, por las razones que más adelante probaré. En realidad, si ustedes logran 
entenderme -lo que realmente es mucho pedir de alguien-, si consiguen darse cuenta del 
milagro que vengo a simbolizar, podrán ayudar a salvar la libertad que desgraciadamente 
la humanidad de a poco va perdiendo. Tengo una profunda lección que enseñar. Y puedo 
trasnmitirla mejor que lo que un automóvil, un aeroplano o una lavadora de platos 
podrían hacerlo, en virtud de ser aparentemente algo muy simple. 
¿Simple? Sin embargo, ni una sola persona sobre la tierra sabe cómo hacerme. Esto suena 
fantástico ¿no es cierto?. Especialmente cuando se toma conciencia que alrededor de cien 
a cien millones y medio de unidades como yo son producidas en los Estados Unidos cada 
año. 
Tómenme y obsérvenme. ¿Qué es lo que ven? Sus ojos no encontrarán gran cosa - hay un 
poco de madera, barniz, la etiqueta, la mina de grafito, algo de metal y una goma de 
borrar. 
Imnumerables antecedents 
Así como para Uds. sería casi imposible trazar su árbol genealógico yendo muy hacia 
atrás en el tiempo, también lo es para mi citar y explicar todos mis antecedentes. De 
cualquier manera, desearía mencionar algunos de ellos a efectos de impresionarlos con la 
riqueza y complejidad de mi curriculum. 
Mi árbol familiar comienza con lo que en los hechos es precisamente un árbol: un cedro 
de fibra recta que crece en el norte de California y Oregón. Contemplen ahora todos 
aquellos elementos que la tarea de cortar el árbol y transportar los troncos hasta la vía 
muerta del ferrocarril requiere: sierras, camiones, sogas y muchos otros pertrechos. 
Piensen en todas las personas y en las innumerables técnicas que intervinieron en su 
fabricación: en la extracción del mineral, la obtención del acero y su conversión en 
sierras, ejes, motores; el cultivo del cáñamo y su paso por todas las etapas hasta 
llegar a la soga pesada y resistente; los campamentos de los obreros con sus camas y comedores. 
Incalculables miles de personas han intervenido solamente en cada taza de café que 
beben los leñadores!. 
Los troncos son transportados hacia un aserradero en San Leandro, California. ¿Pueden 
ustedes imaginar a todos aquellos individuos que participan en la fabricación de los vagones, 
los rieles, los motores del ferrocarril y en la instalación de los sistemas de 
comunicación? Hay legiones de personas entre mis antecedentes. 
Consideren las tareas que se llevan a cabo en el aserradero en San Leandro. Los troncos 
de cedro son cortados en pequeñas láminas de menos de un cuarto de pulgada cada una 
de grosor. Las mismas son secadas y entintadas por idénticas razones por las que las 
mujeres ponen rouge en sus rostros: la gente prefiere que Yo luzca hermoso y no de un 
blanco pálido. Las láminas de madera son enceradas y secadas en un horno nuevamente. 
¿Cuántos conocimientos intervinieron en la fabricación de la tinta y de los hornos, en la 
generación de calor, en la luz y la energía, las poleas, los motores, y en todas las cosas 
que una fabrica requiere? ¿Incluimos a los que realizan la limpieza de la fabrica entre mis 
ancestros? Si, y también a quienes vertieron el concreto para edificar la represa 
hidroeléctrica con la cual la Compañía de Gas & Electricidad del Pacífico suministra de 
energía a la fábrica! 
Tampoco pasen por alto a aquellos ancestros presentes y distantes que han participado del 
transporte de sesenta vagones de carga con planchuelas de madera a lo largo del país. 
Una vez en la fábrica de lápices -u$s 4.000.000 en maquinarias y edificios, todo capital 
acumulado por frugales y ahorrativos parientes míos- se trazan ocho surcos mediante una 
compleja máquina sobre cada lámina, después de lo cual otra máquina coloca una punta 
en cada una, aplica pegamento y ubica otra lámina sobre ella, formando una especie de 
sandwich. Entonces, siete hermanos y Yo somos mecánicamente tallados. 
Mi "punta" en sí misma es compleja. El grafito es extraído de Ceylan. Tengan presente a 
los mineros y a todos aquellos que produjeron sus diversas herramientas y a los que 
elaboraron las bolsas de papel en las cuales el grafito es transportado y a quienes 
fabricaron las cuerdas con las cuales se atan las bolsas y a aquellos que las cargaron en 
los barcos y a los que fabricaron esos barcos. Inclusive los encargados del faro que guía a 
las naves y los operarios del puerto, participaron de mi nacimiento. 
El grafito es mezclado con arcilla proveniente de Mississippi en la cual hidróxido de 
amonio es utilizado en el proceso de refinado. Posteriormente, agentes humectantes son 
añadidos, tales como sebo sulfurado, que es grasa animal químicamente tratada con ácido 
sulfúrico. Luego de pasar por numerosas máquinas, la mezcla finalmente luce como 
salida de una picadora de carne, y pasan a ser cortadas a medida, secadas y horneadas por 
varias horas a un temperatura de 1.850 grados Fahrenheit. Para aumentar su resistencia y 
suavidad, las puntas son tratadas con una mezcla caliente que incluye cera proveniente de 
Mexico, parafina y grasas naturales hidrogenadas. 
La madera de cedro recibe seis manos de esmalte ¿Tienen idea de cuáles son todos los 
ingredientes del esmalte? ¿Se le ocurriría a alguien pensar que las refinerías de aceite de 
castor forman parte de él? Pues, así es. Al mismo tiempo, el proceso a través del cual se 
logra que el esmalte tenga un atractivo color amarillo, involucra las habilidades de más 
personas que las que alguien podría llegar a enumerar! 
Observen la etiqueta. Esa película se forma aplicándole calor a una combinación de 
carbón negro con resinas. ¿Cómo se producen las resinas y qué queremos decir con 
"carbón negro"? 
Mi pequeña porción de metal, esta hecha de cobre. Piensen en todos aquellos que se 
dedican a la extracción del zinc y del cobre, y en quienes conocen las técnicas para 
producir finas y brillantes láminas con ambos elementos naturales. Los negros anillos que 
se observan en mi cuerpo son de níquel negro. ¿Qué es el níquel negro y cómo se lo aplica? 
A su vez, la historia completa de por qué el centro de mi cuerpo no posee níquel 
negro, demandaría páginas enteras para explicarla. 
Luego llega el momento de mi "coronación", a la que poco elegantemente se la conoce en 
el mundo comercial como "la arandela", la parte que los individuos utilizan para borrar 
aquellos errores que cometen conmigo. Un ingrediente llamado "factice" es lo que 
constituye esa parte de mi ser. Es un producto de características similares al caucho, 
hecho con un aceite proveniente de las Antillas Holandesas, mezclado con cloruro 
sulfurado. La llamada "goma", contrariamente a la opinión popular, se utiliza solamente 
para pegar. 
Existen también, numerosos agentes vulcanizadores y aceleradores. Por ejemplo, la 
piedra pómez proviene de Italia, y el pigmento que le otorga a la arandela su color es 
cadmio sulfurado. 
Nadie lo Sabe 
¿Quiere alguien desafiar mi afirmación inicial de que ningún individuo sobre la tierra 
sabe cómo fabricarme? 
En realidad, millones de seres humanos han participado de mi creación, cada uno de los 
cuales conoce sólo muy poco del resto. Podrán decir tal vez, que voy demasiado lejos al 
incluir entre ellos a quienes cosechan café en el Brasil y a quienes elaboran alimentos en 
cualquier otra parte del mundo, como participes de mi nacimiento. Pueden incluso llegar 
a sostener, que la misma es una posición muy extrema. 
Pese a ello, debo mantener mi aserto anterior: No hay un sólo individuo entre todos esos 
millones de seres, incluyendo al presidente de la compañía de lápices, que contribuya a 
mi elaboración más que con una infinitesimal parte de conocimiento o know- how . La 
única diferencia que existe entre el minero que extrae el grafito en Ceylan y el leñador 
de Oregon está en el tipo de know-how que ambos poseen. Ni el minero ni el leñador 
pueden ser dejados de lado. 
He aquí un hecho pasmoso: ni el minero que extrae el grafito; ni quienes conducen o 
fabrican los barcos o trenes o camiones; ni quien pone en funcionamiento la máquina que 
talla mis partes metálicas; realizan su tarea porque me quieren. Ellos me quieren tal vez 
aún menos de lo que puede llegar a hacerlo un alumno de primer grado. 
En realidad, entre esta vasta multitud existe algo en común, que nada tiene que ver con la 
circunstancia de que alguna vez hayan visto un lápiz o aún de que sepan o no como 
utilizarlo. 
Su motivación es algo que está más allá de mi propia existencia. Quizás sea algo como 
esto: cada uno de estos millones de individuos observa que pueden intercambiar su 
pequeña parte de conocimiento respecto de cómo se produce un lápiz, por aquellos bienes 
y servicios que necesitan o desean, pudiendo Yo encontrarme o no entre esos bienes. 
Ninguna Mente Maestra 
Existe aún un hecho más pasmoso: La ausencia de una mente maestra, de alguien 
dictando o dirigiendo por la fuerza todas estas incontables acciones que me permiten 
cobrar vida. Ni el más mínimo rastro de tal clase de persona puede encontrarse. En 
cambio, hallamos a la Mano Invisible trabajando. 
Este es el misterio al cual me refería al comienzo de mi relato. 
Se ha sostenido que "solamente Dios puede crear un árbol." ¿Por qué solemos coincidir 
con esto? ¿Será tal vez porque somos conscientes de que nosotros no podemos 
producirlo? ¿Podemos realmente describir cómo es un árbol? No, no podemos hacerlo, 
excepto de una forma muy superficial. Podemos decir, por ejemplo, que una determinada 
configuración molecular se manifiesta a si misma como un árbol. Nada más. 
Yo, el lápiz, soy una compleja combinación de milagros: un árbol, zinc, cobre, grafito, 
etc.. Pero a todos estos milagros que se ponen de manifiesto en la Naturaleza se le ha 
añadido un milagro aún más extraordinario: la configuración de creativas energías 
humanas- millones de pequeños know-hows dando forma a una natural y espontánea 
respuesta a una necesidad y a un deseo humano y en ausencia de cualquier clase de mente 
maestra!. Partiendo de la base de que solamente Dios puede crear un árbol, Yo insisto en 
que solamente Dios puede hacerme. Los hombres no pueden dirigir estos millones de 
know-hows que me permiten nacer más de lo que son capaces de unir las moléculas que 
generan un árbol. 
Lo expresado es lo que quise decir cuando escribí, "Si consiguen darse cuenta del milagro 
que vengo a simbolizar, podrán ayudar a salvar la libertad que desgraciadamente la 
humanidad de a poco va perdiendo." Si alguien es consciente de que estos know-hows se 
armonizarán natural y automáticamente dando forma a actividades creativas y 
productivas, en respuesta a las necesidades y demandas de los individuos, y en ausencia 
de toda mente maestra gubernamental y coercitiva, esa persona poseerá un ingrediente 
absolutamente esencial para la libertad: fé en la libertad individual. La libertad es 
imposible sin esa fé. 
Una vez que el gobierno toma para sí el monopolio de alguna actividad creativa, como 
por ejemplo el servicio de correos, la mayoría de los individuos creerá que la 
correspondencia no podrá ser eficientemente despachada por particulares actuando 
libremente. He aquí el motivo: Cada uno admitirá que por sí mismo no puede conocer 
todas las facetas que involucra la entrega de correspondencia. Será consciente también de 
que ningún otro individuo sabe tampoco como hacerlo. Estas percepciones son en 
realidad correctas. Nadie posee suficiente know-how para desarrollar un servicio nacional 
de correos, del mismo modo que nadie posee los suficientes conocimientos como para 
poder fabricar un lápiz. Ahora bien, ante la falta de fe en la libertad individual, ante el 
desconocimiento de que millones de pequeños know-hows natural y milagrosamente 
confluirán para satisfacer una necesidad del mercado, la opinión pública arribará a la 
errónea conclusión de que el correo únicamente puede ser repartido por un "mente 
maestra" gubernamental. 
Si Yo, el lápiz, fuera el único item que pudiera ofrecer testimonio acerca de lo que los 
hombres y mujeres pueden llegar a alcanzar cuando se les permite comerciar libremente, 
entonces quienes tienen poca fé tendrían un justo motivo. Sin embargo, observamos que 
el despacho de correspondencia es algo relativamente simple si se lo compara, por 
ejemplo, con la fabricación de un automóvil o de una calculadora o con decenas de miles 
de otras cosas. ¿Despachar? En esta área donde los individuos han sido dejados en 
libertad, ellos trasladan la voz humana alrededor del mundo en menos de un segundo; 
hacen llegar un evento visualmente y con movimiento hasta el hogar de cualquier persona 
al mismo tiempo en que está ocurriendo; despachan 150 pasajeros desde Seattle hasta 
Baltimore en menos de cuatro horas; acarrean gas desde Texas hasta New York 
a tarifas increíblemente bajas y sin ninguna clase de subsidios; transportan cuatro libras de 
petróleo desde el Golfo Pérsico hasta la Costa Occidental -media vuelta al mundo- por 
menos dinero que el que cobra el gobierno por despachar una carta simple hasta la vereda 
de enfrente! 
La lección que tengo para transmitir es esta: Déjese a las energías creativas fluir 
libremente. Simplemente organícese a la sociedad para actuar en armonía con esta 
lección. Procúrese que la organización jurídica remueva todos los obstáculos lo más que 
pueda. Permítase que los conocimientos surjan libremente. Téngase fe en que los 
hombres y mujeres libres responderán a la Mano Invisible. Esa fe será ampliamente 
confirmada. Yo, el lápiz, aparentemente tan simple, ofrendo el milagro de mi creación 
como testimonio de que esa fe resultará muy práctica, tan práctica como lo son el sol, la 
lluvia, un cedro, la buena tierra. 

 

 

FIN

 

 

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